miércoles, 29 de diciembre de 2010

Vecinos/ Apiñado

Alberto, el vecino que estaba en la casa de los viejitos con doble heladera, es profesor de literatura inglesa en un colegio secundario y una vez contó que quiso golpear a un alumno hasta decir basta y le levantó el puño delante de la cara. Parece que iba en serio. Sin embargo dice que ama dar clase a chicos.
Alberto vive con dos perros, gigantones, de esos labradores claritos, en un depto de dos ambientes. También vive con un piano de cola y con una biblioteca, tamaño transatlántico, en dos ambientes. No sabemos cómo hace para moverse entre los perros, la biblio y el piano.
Alberto se enoja con sus canes y se lo escucha gritarles en inglés y en castellano. Aparentemente, el mejor amigo del hombre también despierta rabietas en este profesor.
¿Alberto dormirá arriba del piano?, ¿los perros dormirán en la habitación en una cama matrimonial ya que son macho y hembra?, ¿la biblioteca y el piano serán marido y mujer?,
¿los perros tocarán el piano y leerán a Poe?, ¿él leerá sonetos de Shakespeare a los perros?, ¿por qué ladran los perros cuando él toca el piano?, ¿les grita porque le muerden los libros?, ¿quién afina el piano a las tres de la mañana: él o uno de los perros?
Lo cierto es que los sonidos del piano, los ladridos de sus perros y la voz gruesa de Alberto llamando a "sus bebés" (así les dice) por las escaleras del edificio (de madrugada cuando los saca a pasear y luego toca el piano) son indudablemente un capítulo B de bien bizarro.
Serenella

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