jueves, 2 de diciembre de 2010

Siguen picando cerebros


La moraleja de esta historia: nunca te quejes, lo peor puede venir.

Un calor húmedo envuelve ciudad desde las 7; son las 10 y siento un tremendo olor a gas en mi casa. Espío abajo: los muchachos de Aysa en sus cochecitos que parecen a control remoto, manejan a los bifes rompiendo, picando. El olor es funesto.

Mientras le doy la mamadera a mi bebé, uno de ellos toca el timbre para avisar que rompieron un caño maestro de gas, que cierre ya las ventanas para que el viento -norte- no me tire el gas adentro. Tarde: hasta el trapo rejilla está impregnado.

Le pregunto dónde está el caño y levanta su dedo como la parca. A 2 metros de la puerta de mi casa, una pala traba de una forma, tan precaria como el corte de pelo de un ona, la salida del gas que asciende como la torre del mal. Mientras miro, el hombre pone un cartel en mis pies: "Peligro. No fumar". Me quedo tranquila.

Llamo a la empresa de gas para hacer la denuncia. Un joven llamado Roger me dice que está tomada. Le preguntó qué debo hacer si esto sigue porque me explica que van a venir en 2 horas y me responde: salga a la puerta, vea si huele gas, si hay mucho, se va y sino, se queda. Me quedo tranquila. Di con un experto. Me recuerda que no es peligroso, le informo el mensaje del cartel y Roger concluye: y...señora... está en cada uno. Om.

Cuando llega la super patrulla anti desbordes de gas, veo que un obrero se mete en el pozo con un matafuego pero, al segundo, dos mamelucos azules corren con baldes de agua por mi vereda. La humareda es tremebunda. ¿Se arreglarán así los caños maestros?

En eso, el ventilador se queda. Miro por la ventana (todo cerrado) y el que maneja la máquina más grande, me grita: fuimos nosotros. Genial. Hay 30 grados.

Son las 8. Hay gas. No hay luz. Los muchachos se quieren ir, los escucho a los gritos: dale, gordo borracho, apurate; ya voy, proyecto de cornudo. Con confianza.

Se fueron. Prendo una vela para darle otra mamadera a mi bebé y la mezcla de siglos es potente en todos sus significados. En eso, llega la luz. La cuadra aplaude. Me quedo tranquila.
Serenella

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