lunes, 29 de noviembre de 2010

Pelotazo en contra

Cierta noche de invierno me dirigí al mítico lugar (sótanos de Alabama), iba en búsqueda del Muro y hacía frío. Antes del descenso, un profundo olor a humedad hizo patente la presencia del aprisionado Maldonado, todavía vivo, capturando pelotas perdidas en las aguas subterráneas. Antes del descenso, una fiesta de 15 comenzaba a dragonear. La escenografía dio pista al mejor sacador.

Una foto-poster de una adolescente frenteaba el salón. Plumas negras adornaban el marco rojo que, con letras doradas, señalaba el nombre de la homenajeada. Negro, rojo y dorado reproducían la iconografía de lo sagrado y de un barrio trucho a la Taipei. Unos tíos sueltos fumaban como en estado de oración. Sobre las mesas había cuencos con papas fritas y plumas negras dispuestas arbitrariamente. En una única mesa estaba el cuaderno forrado con plumas negras preparado para la escritura del buen augurio.
Plumas negras a los 15: el sacrificio del gallo y luchadores de sumo como patovicas en estado de ebullición.

Serenella

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