jueves, 27 de enero de 2011

En la dragonera


A Santa Margarita se la tragó un dragón, pero ella se las arregló para salir de su panza días después. San Jorge andaba matando dragones por toda la Romania y, mal no le iba, porque las doncellas caían rendidas a sus pies. A Beowulf no le salieron las cosas tan tan bien, porque el dragón casi lo deja fuera de juego, pero, bueno, al final también le gana. Conclusión número uno: el dragón es malo pero no tanto. Es un rival al que siempre se vence, como le pasa a la selección alemana con la argentina. Conclusión número dos: el dragón es argentino. Ahora, en la Edad Media ya había dragones por el Este y el Oeste de Europa (y antes los hubo en Oriente)...Conclusión número tres: el dragón es un inmigrante.
Una vez me regalaron un dragón rojo, y después me lo quitaron. El malo no fue el dragón, fue el que me lo regaló. Yo tengo algunos dragoncitos en casa guardados en una caja, pero no me disgustaría tener uno más grande y con escamas parecidas a las mías. Un dragón de verdad. Que me cuidase como a su tesoro, que me diese calor en invierno con su fuego, y que en verano me esperara en la ventana para llevarme a volar.

LeliaD

1 comentario:

  1. Yo, por si acaso,llevo el dragón tatuado. (Ya lo sabes). Un beso. Muy chulo vuestro blog.

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