miércoles, 26 de enero de 2011

Frutas, Verduras y Amor


En otra visita guíada virtual (género aún ignoto en el mundo web) hoy les quiero hablar de una verdulería cercana.
Atendida por tres señores grandes, de tonada tana (valga la cacofonía bizarra), piropeadores de antaño y laburadores eternos, este comercio se llama "La Primavera" y tiene dos características básicas. En primer lugar, su mercadería de excelencia. Su habilidad para presentar, por ejemplo, tres clases de pelones, a tres precios diferentes es notable. Y en segundo lugar, sus pizarrones negros presentan frases más que curiosas para el paseante.
La primera vez que leí una de esas oraciones quedé estática. "LLegó el rey melón" decía y al lado, una caja explotaba de melones. Por curiosidad "me hice" clienta de la casa y constaté que rey melón no era una marca sino la ocurrencia de uno de los tanos.
En el invierno apareció "Bajó el repollo" y el dibujo de un pollo con el RE con alas, enmarcaba el cajón pertinente. Después pasaron: "Naranjas imperdibles", "Morrones parrilleros se van", "Cherri para Navidad", "LLegó la gota de miel" en referencia a unas ciruelas y por fin "Volvió el rey melón". Una vez, en otra onda, se dejó ver: "Hoy nos vamos antes. Saque número hasta las 19.40. No más".
Si quieren saber si los piropos de los verduleros ítalo-argentinos son de una fantasía semejante, debo decirles de antemano que, fieles a su terruño, se regalan a todas las mujeres que por allí pasan pero son más clasicones. Además, siempre van mediados por un "usted":
"Tenga cuidado con el escalón, belleza", "¿Qué quiere hoy, mi reina", "Son treinta y siete pesos, tesorito", "Hoy atiendo exclusivamente a las más lindas, ¿qué le doy?". Flores de ese estilo, tipo clavel, rosa y no me olvides, hacen de este comercio un espacio de encuentro con la poesía menos pensada y un romanticismo que huele a duraznos.
Serenella

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