jueves, 18 de agosto de 2011

Qué Queja, Vieja Carqueja

Unas 20 personas forman una fila para sacar entradas. Una tarde de sábado excepcionalmente fea y linda para ir al cine. Adelante nuestro una mujer con ojitos y nariz y boca de cirugía, sopla y resopla. Bufa embroncada por la cantidad de gente y explica -sin que nadie se lo pida- que no llega al horario de su película, que la fila no avanza, que los empleados son un desastre, que no llega, que no puede, que no da. Uffff, un dilema ¿no?
En eso, mientras seguimos en la espera, lanza un: ¿podés creerlo? la que está sacando entradas ahora, tiene puestos unos guantes, así va a tardar el doble. ¡No, no se pueden poner guantes si van a sacar dinero a mano!
Miro al frente y una mujer con guantes que simulan reptil o quizás lo sean de verdad, saca pausadamente los billetes.
En eso, arremete con un: ¡Ay dios! Estoy a punto de irme.
Y bueno, amor, andáte...
Por fin le llega su turno pero al empleado se le acaba el rollo de papel para imprimir las entradas y debe ir a buscar uno y más tarde, deberá ser ayudado por un compañero porque le cuesta colococarlo. La queja-carqueja explota: ¡Hace dos meses que todo me viene saliendo así de mal! Soy yo, ¿será posible?, ¿este es el único sistema que tienen?. No llego, no llego....
Le dan las entradas y sale veloz hacia la sala mientras grita al acomodador: Espere, por favor, espere.

Flor del aire (a volar).

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